Seguridad en el transporte
Seguridad en el transporte y en los desplazamientos laborales
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Seguridad en el transporte y en los desplazamientos laborales: el reto diario de llegar y volver con vida

Cada día, millones de personas en España se desplazan para ir a trabajar y, para muchas de ellas, el riesgo comienza antes de llegar al centro de trabajo. Ya sea en coche, transporte público, bicicleta o a pie, el trayecto desde casa hasta el puesto de trabajo es un punto crítico en la seguridad laboral. Este tipo de desplazamientos, conocidos como accidentes “in itinere”, representan una proporción significativa de la siniestralidad laboral.

En paralelo, el sector profesional del transporte, que incluye conductores de mercancías, transporte público y reparto, afronta riesgos específicos de alto impacto como la fatiga, el estrés, los trastornos musculoesqueléticos y los accidentes de tráfico.

A continuación, se analizan los principales desafíos y soluciones para proteger tanto a los trabajadores del sector transporte como a quienes deben desplazarse diariamente al trabajo.

Qué es un accidente in itinere y por qué es tan importante prevenirlo

Definición y marco legal

Un accidente in itinere es aquel que ocurre durante el trayecto habitual y normal entre el domicilio del trabajador y su lugar de trabajo. Siempre que dicho trayecto no se vea alterado por motivos personales o desviaciones injustificadas, se considera cubierto por la legislación laboral y se clasifica como accidente de trabajo.

Este concepto tiene implicaciones legales importantes para las empresas, mutuas y servicios de prevención, ya que obliga a tener en cuenta no solo lo que ocurre dentro del lugar de trabajo, sino también los desplazamientos de entrada y salida.

Causas más frecuentes de los accidentes in itinere

  • Distracciones al volante, como el uso del teléfono móvil.
  • Condiciones meteorológicas adversas (lluvia, niebla, hielo).
  • Mal estado de las infraestructuras viales o ausencia de iluminación.
  • Exceso de velocidad, estrés y fatiga acumulada.
  • Falta de mantenimiento de vehículos particulares.

En muchos casos, la prisa por llegar a tiempo o el cansancio tras una larga jornada hacen que el trayecto diario se convierta en un momento de alto riesgo, especialmente en horarios nocturnos o en trabajos a turnos.

Estadísticas recientes

Según datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social correspondientes a 2024, los accidentes in itinere representaron más del 11 % del total de siniestros laborales. Además:

  • Más de 60.000 accidentes laborales fueron clasificados como in itinere.
  • Alrededor de 120 fallecimientos se produjeron en desplazamientos relacionados con el trabajo.
  • La mayoría de los accidentes ocurrieron en coche particular.
  • Los trabajadores más afectados fueron los menores de 35 años y los que desempeñan su jornada en turnos rotativos.

Riesgos específicos del sector transporte: cómo proteger a los profesionales al volante

Riesgos físicos en el transporte profesional

Los trabajadores del sector transporte (camioneros, repartidores, conductores de autobús o taxi, entre otros) están expuestos a riesgos físicos derivados de su actividad continua y prolongada al volante:

  • Fatiga crónica derivada de jornadas extensas y descansos inadecuados.
  • Dolores musculoesqueléticos, especialmente en espalda, cuello y piernas.
  • Exposición constante a vibraciones, cambios de temperatura y ruidos.
  • Manipulación manual de cargas sin equipamiento adecuado.

En muchos casos, estos factores se agravan por la falta de ergonomía de los vehículos y la presión de cumplir horarios estrictos de entrega o recogida.

Riesgos psicosociales del conductor

Además de los factores físicos, los trabajadores del transporte están expuestos a riesgos psicosociales relevantes:

  • Estrés debido a la congestión del tráfico, los plazos ajustados o el trato con clientes.
  • Aislamiento social en rutas de largo recorrido o viajes internacionales.
  • Alteración de los ciclos de sueño por horarios irregulares o nocturnos.
  • Ansiedad o fatiga mental acumulada, especialmente cuando se combinan condiciones laborales precarias con responsabilidad directa sobre la seguridad de terceros.

Estos factores pueden generar un deterioro progresivo en la salud mental y física del conductor, con efectos directos sobre la seguridad en carretera.

Accidentes más comunes en el transporte profesional

Entre los siniestros más frecuentes destacan:

  • Colisiones por distracción, microsueños o pérdida de atención al volante.
  • Caídas al entrar o salir del vehículo, especialmente en condiciones de lluvia o con calzado inadecuado.
  • Lesiones al manipular mercancías sin técnicas seguras o equipos de ayuda.
  • Accidentes por mal cálculo en maniobras de carga y descarga en espacios reducidos o sin señalización.

La repetición de estas situaciones de riesgo a lo largo del tiempo puede provocar lesiones crónicas o accidentes graves, tanto para el propio conductor como para terceros.

Seguridad en el transporte y los desplazamientos laborales

Medidas preventivas que pueden adoptar las empresas

Las organizaciones tienen un papel esencial en la prevención de riesgos asociados tanto a los desplazamientos in itinere como al trabajo en el sector del transporte. Adoptar un enfoque preventivo no solo reduce la siniestralidad, sino que mejora el bienestar de la plantilla, reduce costes derivados de bajas y fortalece la cultura preventiva.

Evaluación de riesgos y planificación de la movilidad

La primera medida clave consiste en realizar una evaluación específica de los riesgos relacionados con los desplazamientos. Esta debe tener en cuenta:

  • Zonas de residencia de los trabajadores y rutas más habituales.
  • Horarios laborales y coincidencia con horas punta o nocturnas.
  • Medios de transporte utilizados (coche, transporte público, bicicleta, a pie).
  • Frecuencia y duración de los desplazamientos laborales y profesionales.

A partir de este diagnóstico, la empresa puede diseñar un plan de movilidad segura que incluya medidas específicas de prevención.

Formación continua en seguridad vial y conducción segura

Incluir programas de formación periódicos en seguridad vial, conducción eficiente y gestión del estrés al volante es una medida fundamental. Estos programas deben adaptarse al perfil del trabajador:

  • Formación específica para conductores profesionales: conducción defensiva, ergonomía al volante, normativa de tiempos de conducción y descanso.
  • Formación general para el resto de trabajadores: pautas para una conducción segura in itinere, uso responsable del móvil, mantenimiento básico del vehículo particular.

Además, se puede complementar con campañas internas de sensibilización y recordatorios periódicos.

Mejora de las condiciones de transporte proporcionado por la empresa

Si la organización ofrece vehículos de empresa, autobuses laborales o flota para reparto, debe garantizar:

  • Mantenimiento periódico y revisión técnica de los vehículos.
  • Ergonomía del puesto de conducción (asientos, retrovisores, climatización).
  • Dotación de elementos de seguridad (chalecos, botiquín, luces de emergencia, etc.).
  • Control de horas de uso para evitar sobreexposición y fatiga.

En caso de ofrecer transporte colectivo, es conveniente contar con conductores profesionales formados y rutas planificadas con criterios de seguridad.

Fomento del transporte sostenible y seguro

Las empresas pueden promover formas de desplazamiento más seguras y sostenibles mediante:

  • Incentivos económicos para quienes utilicen bicicleta o transporte público.
  • Aparcamientos seguros para bicicletas y patinetes.
  • Instalación de duchas y vestuarios para fomentar los desplazamientos activos.
  • Acuerdos con operadores de transporte para tarifas reducidas o lanzaderas.

Estas medidas no solo mejoran la seguridad, sino también el impacto ambiental y la satisfacción del personal.

Políticas de flexibilidad horaria y teletrabajo

Reducir la necesidad de desplazarse o hacerlo en momentos de menor congestión puede ser una medida eficaz de prevención:

  • Implantación de horarios flexibles para evitar las horas punta.
  • Promoción del teletrabajo parcial o total en puestos compatibles.
  • Turnos escalonados para disminuir la coincidencia de trayectos y mejorar la conciliación.

Vigilancia de la salud y seguimiento de riesgos

La vigilancia de la salud debe incluir el control de riesgos vinculados al transporte:

  • Reconocimientos médicos adaptados a conductores profesionales.
  • Valoración de riesgos musculoesqueléticos y de fatiga.
  • Atención a indicadores psicosociales como el estrés o el sueño.

Un seguimiento adecuado permite detectar precozmente condiciones que pueden incrementar el riesgo de accidente y actuar en consecuencia.

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