El nuevo escenario urbano y laboral
En los últimos años, los patinetes eléctricos y otros vehículos de movilidad personal (VMP) han transformado la forma en que nos movemos por la ciudad. Su facilidad de uso, bajo coste y practicidad los han convertido en una opción muy atractiva para los trabajadores, tanto para desplazamientos cotidianos como para trayectos laborales.
Este fenómeno representa una evolución en la movilidad urbana y plantea un nuevo reto a los responsables de prevención de riesgos laborales (PRL). La integración de estos vehículos en el día a día profesional obliga a las empresas a adaptar sus estrategias preventivas para hacer frente a riesgos emergentes, no siempre contemplados en los planes tradicionales.
Lo que comenzó como una alternativa ocasional al transporte público o privado, ahora requiere ser gestionado de forma estructurada y preventiva por parte de las organizaciones.
Nuevos riesgos, nuevas responsabilidades para la empresa
Riesgos en desplazamientos in itinere y en misión
El uso de patinetes eléctricos expande los límites de los desplazamientos laborales. Además del trayecto de casa al trabajo (in itinere), cada vez es más común que se utilicen durante la jornada laboral (en misión), por ejemplo, para moverse entre centros de trabajo, visitar clientes o realizar tareas logísticas en polígonos y áreas industriales.
Este cambio introduce una serie de riesgos específicos:
- Caídas y lesiones por condiciones de la vía o uso inadecuado.
- Choques con otros vehículos o peatones, especialmente en entornos urbanos concurridos.
- Factores climáticos como lluvia, viento o mala visibilidad.
- Ausencia de elementos de protección personal como casco, luces o ropa reflectante.
Muchas de estas situaciones no están aún cubiertas por los protocolos de PRL, lo que puede derivar en siniestros no previstos ni gestionados correctamente.
¿Qué dice la normativa sobre los VMP?
Aunque el uso de VMP está regulado en el ámbito urbano (según la Instrucción 16/V-124 de la DGT), la normativa laboral todavía no ha incorporado directrices específicas sobre su uso en el entorno profesional. Esto no exime a las empresas de su responsabilidad: el Artículo 14 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales obliga al empresario a garantizar la seguridad y salud de los trabajadores en todos los aspectos relacionados con el trabajo, incluyendo desplazamientos habituales si forman parte de la actividad laboral.
Por tanto, integrar el uso de patinetes eléctricos en las evaluaciones y protocolos preventivos es una obligación ética y legal.
Medidas preventivas recomendadas para empresas
La empresa tiene la oportunidad de adelantarse y actuar de forma preventiva mediante acciones concretas:
- Actualizar las evaluaciones de riesgos para incluir el uso de VMP.
- Diseñar protocolos de uso seguro, incluyendo normas internas para trayectos laborales.
- Promover el uso de equipos de protección personal, como casco, chaleco reflectante o luces.
- Ofrecer formación específica sobre circulación segura, normativa vigente y buenas prácticas.
- Revisar la cobertura de seguros de accidentes laborales para incluir desplazamientos en VMP.
Estas medidas no solo protegen la salud del trabajador, sino que también reducen la responsabilidad legal de la empresa ante un posible siniestro.
Un nuevo reto: seguridad en los aparcamientos y puntos de recarga
Un aspecto adicional, y muchas veces olvidado, es la gestión de los espacios de almacenamiento y carga de estos vehículos dentro de las instalaciones empresariales.
Los patinetes eléctricos, al funcionar con baterías de litio, pueden suponer un riesgo de incendio si no se almacenan o cargan correctamente. Este riesgo se ve potenciado cuando los trabajadores los introducen en oficinas, talleres o almacenes sin supervisión ni normas claras.
Buenas prácticas que deben considerarse:
- Habilitar zonas de estacionamiento específicas para VMP, preferiblemente en exteriores cubiertos o espacios ventilados.
- Prohibir la carga no controlada de patinetes personales en interiores sin supervisión.
- Informar sobre los riesgos eléctricos y térmicos asociados a las baterías de litio.
- Incluir la revisión de estos espacios en las inspecciones de seguridad internas.
Incorporar este punto en los planes de PRL ayuda a prevenir situaciones críticas que pueden tener un gran impacto, especialmente en edificios con alta ocupación.
Conclusión: adaptarse a la nueva movilidad es prevenir
La realidad laboral cambia, y con ella deben cambiar también las estrategias de prevención de riesgos laborales. Los patinetes eléctricos han llegado para quedarse, y aunque aportan beneficios en eficiencia, sostenibilidad y comodidad, también introducen nuevos retos que deben ser gestionados desde la prevención.
Las empresas que integren estos factores en sus planes de PRL estarán no solo cumpliendo con la legislación, sino también protegiendo activamente a sus trabajadores y mostrando una actitud proactiva y responsable.
Adaptarse a la nueva movilidad es una forma inteligente de prevenir, evolucionar y construir una cultura preventiva sólida y actualizada.